lunes, 30 de marzo de 2009

primavera



- Que no quiero que haga calor, me entra ansiedad, recuerdo y... me asfixia.
- ¿Que es lo que recuerdas?
- ¿Con el calor? pues muchísimas cosas. Cuando entran los rayos por mi ventana y chocan contra mi piel, es como si volviera atrás. Me siento como cuando ella estaba, y los rayos chocaban contra las dos. Pero lo peor de que llegue el "calor" no es eso. Lo peor también es ese olor a primavera, el olor a flores abriendose, el olor a nuevo. Supongo que parecerá una tontería, pero lo odio. Aveces lo que hago, es cerrar los ojos con mucha fuerza y concentrarme en volver a este año, y no al pasado. Pero es entonces cuando escucho los niños jugando por la calle, las risas, los coches, los grillos, el agua... todo aquello que iva acompañado de su voz. Abro los ojos de nuevo, y reaparezco. En aquel portal, en manga corta y piratas. Con los niños riendose, con los chistes de siempre, con los coches con prisas, con las fantas de aquellas frías, con el olor a nuevo, con su olor, con su voz... y como entonces, me paralizo y le miro fijamente. Leo sus labios al pronunciar palabra tras palabra, le miro a los ojos y porsupuesto, le doy la razón en todo. La verdad es que me da igual que la tenga o no, por que yo soy pequeña y ella me enseña. No abro la boca apenas, prefiero escucharle. Ahora me siento bien con la primavera, vuelvo a ser feliz. Y bajo ese calor, le sonrío y abrazo.
Despierto tal y como empezé, en el mismo sitio dónde empeze a recordar. Con todo los niños, coches y mierdas que al despertar odio mas que ha nada. Y con unos cuantos años de más.
Y dime, ¿vas a ser tu quién me traiga su voz?

domingo, 29 de marzo de 2009

(ha sido precioso, hasta aqui.)


¡Ahora escuchame tu, joder! Me niego, no quiero ni una sola mas charla que trate de lo que eres y de lo que he podido ser. Olvidate de todos los miedos, ¿no lo ves? yo estoy aqui y ahora nada ni nadie te puede hacer daño. Tengo mis palabras, ellas lo calmarán todo y lo curarán. Y si no es mucho pedir, dejame ser tu día y tu noche. El pañuelo que apartir de hoy, ¿me sigues?, apartir de hoy mismo, secará tus lágrimas. Yo estoy aqui, aun que no lo veas. Aqui, contigo y mi oficio será guiarte. Por lo cual apartir de ya, quiero que recuerdes que me amas cada amanecer. Que me as necesitado antes y siempre ha tu lado. Aun que se que es mucho pedir, prométeme que todo lo que has dicho, es mentira. Comparté cada día conmigo, cada anochecer, cada mañana. Piensa en mí, piensa dulcemente en mí. Cuando vuelvas a decir adiós, recuerdame de vez en cuando. Y cuando encuentres lo que sientes, y sientas que anhelas devolver tu corazón a que sea libre, si de verdad vuelvés a sentir eso en algún momento, ahorrate las palabras y vuelve a mi. Si todabía puedes recordar, detente y piensa en mí.
Piensa en todas aquellas cosas que hemos compartido y hemos visto. Y sobretodo, no pienses en las cosas que podrían haber sido. Solo te estoy pidiendo, que pienses en mí despertándote. Imaginame, y aun que parezca demasiado duro, ponme en tu mente. Vuelve a aquellos días, retrocede atrás siempre. Piensa en las cosas que nosotras nunca haremos. Y ese nunca, se acabará el día en el que deje de pensar en ti. No abandones y pienses " ha sido precioso, hasta aqui. " si no, abandona tu mundo de trampas y recuerda que siempre has estado ha mi lado, sosteniendome, escondiendome y agarrandome fuerte, fuerte. . Solo te pido esto, y yo volveré a jurarte compartir una ilusión contigo, me llevaré cada minusculo centimetro de tu soledad. Te volveré a gritar que te necesito aqui, ha mi lado. A cualquier parte que vayas, yo iré. Y sobretodo, no me temas.

Cariño, me han secuestrado los años, pero tranquila, ya estoy aqui. Contigo. Ahora déjate llevar. .



viernes, 27 de marzo de 2009

La sonrisa de siempre





Recuerdo que aquel día desperté creyendo haverte visto por algún rincón de mi habitación. Como si en algún momento tú destino me hubiera chivado que te queria alejar, y bien lejos. Apenas quería escuchar el sonido de el sol cochando con la mañana fría que me esperaba ahí fuera. Me preparé un ochenta por ciento mi discurso, por si algún día te decidias a volver. No preguntés por el otro veinte por ciento, lo guardé bajo llave y sellado con un código del que no quería acordarme. Lo siento, necesitaba dejar guardado "algo" por si no te volvía a ver. Estuvistes en mi mente, anochecer tras anochecer durante toda una "época", y si le digo época, es por que supuestamente se acercaban esos años, llamados "la mejor etapa de tu vida". Desde entonces, cuantas veces habré imaginado tocarte, sentir tu mano sobre mi suave piel. Fué cuando empeze una colección de jarrones llenos de lágrimas de aquellas, de cuando pasava por tu piso, aquel tan alto y que tanto me punzaba, aqui, en el pecho izquierdo, cada vez que levantaba la mirada. Las primeras madrugadas estaván llenas de despertarés de esos con tú voz, como antes, cuando no dudabas ni un solo segundo en buscar mi nombre. Cada sueño, erá un recuerdo. De esos de cuando erá pequeña y aprendía de ti, y te queria aun más. Siempre hubo un "por qué" admirarte tanto. . ¿La verdad? creí volverme loca. Pero en realidad, lo que más me impacto fué un día siete de frebrero. Volví a soñar contigo, como entonces.
Recuerdo que aún no lo había pensado, cuando te pregunte a toda prisa (como si el tiempo se agotará muy rápido) y con mi voz aquella, la de hace tres años, si no tenías miedo a volver. Contestastes un no, sonriendo.
¿Y sabes que?
La sonrisa de siempre.